jueves, 29 de septiembre de 2011

Procesando el Malvar 2011 (Parte 1)

El lunes 19 de septiembre procesamos las uvas (blancas, variedad Malvar) que vendimiamos el sábado y domingo anterior en Villarejo (ver este post). Durante el día guardamos las uvas dentro de la bodega (a unos 25ºC) y de noche las sacamos fuera al patio, donde la temperatura bajaba a un mínimo de unos 12ºC.


Uvas Malvar, sin raspón

Normalmente, solemos vendimiar por la mañana, parar para comer, y luego procesar las uvas la misma tarde, pero en esta ocasión no pudimos hacerlo así (nos vimos obligados a vendimiar dos días seguidos y procesar el tercer día).


Flying winemaker
Sí, lo habéis adivinado. Me he convertido en ‘bodeguero volador’ – me voy volando al hemisferio sur en mi biplano a podar un poco!

Antes de empezar a procesar las uvas, había que lavar, limpiar y montar el chiringuito:

Lavando los depósitos


Lavando los capazos


Lavando la Bestia Despalilladora


Con cepillos y agua y jabón

Durante las últimas semanas, hemos tenido un montón de debates (entre yo y mi social Juan) sobre que tipos de vino íbamos a hacer con estas uvas. Al final, esto (a continuación) es lo que hicimos. No sé si fue una buena idea, o si es muy arriesgado, o si es una tontería o qué! Pues, ya veremos a ver!

Echando uvas a la máquina despalilladora

Primero, separamos los raspones (o palillos) de las uvas, usando una máquina muy cara, que nos ha prestado nuestro amigo Juan, productor de vino y aceite ecológico, y el propietario de la bodega donde estamos este año. Esta máquina trabaja muy lentamente y suavemente, y consigue separar todas las uvas sin romperlas (bueno un 5% de ellas sí las rompe).

Estas uvas las metimos en unos depósitos de acero inoxidable (700 + 700 + 300 kg) y los sellamos herméticamente. Allí dentro se quedaran unos 15 días para que empiezan a fermentar por ‘maceración carbónica’, y abriremos los depósitos.

Luego la cosa se complica! La mitad de estas uvas las vamos a estrujar y prensar, así tendremos un vino joven, fresco, y aromático (¡en teoría!) . La otra mitad solo las vamos a estrujar (sin prensar) y las dejaremos seguir fermentando en contacto con las pieles. Y con la tercera mitad, vamos a hacer un pequeño experimento que consiste en fermentar en una ánfora de barro.

Por último, este año vamos a hacer algo de orujo (o grappa o marc) usando los restos de las uvas que quedan después de prensar. Hemos conseguido el uso de un alambique, y tenemos las materias primas; lo único que hace falta es pasar un día vigilando el proceso!

¡Vivan las complicaciones! Mondo dificile! Futuro incierto! Momentos de felicidad! Me cago en el amor! Son palabras del gran filósofo italiano Tonino Carotone que hago mías!



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